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LOS NAIPES DE LA

CORRUPCIÓN

"Si no hay justicia para el pueblo
que no haya paz para el gobierno"
Hagamos cuentas

Hagamos cuentas

      s necesario que el Colombiano conozca de qué manera el desfalco al erario puede  alterar su rutina desde que sale de casa. Por esto, lo invitamos a que juntos     hagamos cuentas y que conozca lo que podría ser una realidad cercana si nos  ahorramos   la corrupción y el gobierno se pone los pantalones bien puestos y  soluciona esta gran grieta que perturba al país. 

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No existe una cifra que revele con precisión cuánto nos cuesta a los colombianos la corrupción, lo que sí se puede asegurar es que las aproximaciones que le rinden al pueblo están lejos de la realidad. Daniel Espinosa, especialista en economía socio-política nos explica por qué.

Los políticos son audaces. Las estrategias que utilizan para esconder su amoralidad se aprovechan de los huecos existentes en la legislación.  En consecuencia, no habrá culpable que valga ni habrá ley que lo castigue, ¿cuántos políticos deshonestos se habrán salvando de la justicia por su laxitud frente a los corruptos?

Descubra a qué clase social le cuesta más la corrupción
Daniel Espinosa - Unknown Artist
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Radiografía de la corrupción

Riesgo moderado
Riesgo alto
Riesgo muy alto
Riesgo medio

A continuación encontrará una mapa de Colombia que expone los riesgos de corrupción que existen en cada departamento. El análisis se basa en Índice de Transparencia Departamental  que estudia el fenómeno desde tres pilares fundamentales: visibilidad (cuan presente está el Estado), institucionalidad (solidez de las entidades públicas) y castigo (sanción a los corruptos).

Opinión callejera

Opinión Callejera

Salimos a las calles de Bogotá a preguntarle a los ciudadanos sobre las percepciones que tienen de la corrupción en el país, pusimos a prueba qué tanto saben sobre este tema y en el camino surgieron varias propuestas para terminar con este flagelo. 

  A ponernos serios...

Del ejercicio de indagación que hemos presentado en el video: ¡Si que nos cuesta la corrupción! se puede deducir con facilidad la falta de información, a veces hasta de interés, que tenemos los colombianos frente al tema de la corrupción.

                                                               

Nos indignamos con tanta facilidad como con frecuencia frente a los repetitivos escándalos de corrupción en el país, pero nos resistimos a consultar la magnitud de la corrupción en Colombia.

Una pregunta específica causa curiosidad, pues al cuestionar a los ciudadanos sobre cuánto le cuesta la corrupción al país anualmente, la mayoría de la población respondió con cifras asombrosamente inferiores a los 50 billones de pesos que se pierden anualmente por este flagelo, según cifras de la Contraloría General de la República y aun así aseguran estar fastidiados de tanta corrupción.

 

¿Cuán grande sería la desilusión del ciudadano si lograra dimensionar la plata robada por los corruptos? Crecería exponencialmente sin lugar a dudas.

 

Es imperativo conocer la dimensión del descalabro producido por la corrupción, escapar de la indignación superficial, pasajera y banal con que nos seducen las redes sociales, movilizarnos con firmeza, trascender del tweet o del post que en minutos es sepultado por el alud informativo de la era digital. La corrupción nace de la indiferencia ciudadana y se alimenta de la desinformación.

Combatir la corrupción es tarea del ciudadano común, del que le suben los impuestos para tapar el hueco fiscal que dejan tantos robos, del que le suben el precio del bus aun cuando el servicio no mejora, del que le toca llamar toda una semana para que le den una cita médica, del que se le pinchó el carro por un hueco en la carretera y en general de todos los que vivimos en un país que podría ser mucho mejor de no ser por los deshonestos que desangran diariamente. ¡Pongámonos el overol y acabemos con los corruptos!

Problema estructural

Un problema estructural

La peste de la corrupción es un problema social (debido a que ataca los valores, la ética y la moral) y político (dado que se presenta dentro de los círculos de poder). Como un fenómeno político debe ser atacado terminando con las facilidades que el aparato estatal ofrece a quienes se apoderen de los dineros de la nación.

La impunidad y la omisión fomentan el robo al erario. Es alarmante que éstas conductas sean motivadas por las mismas instituciones que, paradójicamente, cumplen funciones de investigación y sanción de los comportamientos deshonestos. Una de estas entidades que sobresale por su ineficacia es la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes cuyas estadísticas son tan vergonzosas como indignantes, tanto así que hemos llegado a un punto en el que la necesidad de reestructurar o cambiar esta entidad es incuestionable para todos los actores políticos independiente del color de su bandera.

 

Sabe usted ¿qué es la Comisión  de Investigación y Acusación?

Esto es corrupción para principiantes. Si usted se confunde con los engorrosos términos de la constitución, acá se la explicamos con plastilina. Siéntese, disfrute y si se va a indignar que eso le sirva como motivación para movilizarse con firmeza.

"Un problema que viene desde casa" 

¨Existe una dicotomía entre la percepción de un  hecho, la utilización del sustantivo corrupción y lo que pasa en la realidad. En aquellos departamentos en que la contraloría es activa, la percepción es del 16 %, es decir, a mayor eficiencia mayor es la percepción de los ciudadanos sobre los hechos de corrupción¨ afirmó Gabriel Cifuentes. 

La importancia de elegir bien

Comprar el voto puede ser la mayor transgresión que hoy padece la democracia. El ciudadano común, ignorante de las artimañas políticas y de la gravedad de su actuación, vende su voto a cambio de alimentos, materiales de construcción o dinero sin pensar que el candidato a quien beneficiará con su voto será el encargado de perpetuar las necesidades que lo aquejan diariamente y que lo habrán llevado a esta el punto de cambiar el derecho a elegir a sus gobernantes por la satisfacción de una necesidad inmediata.

 

Un aspecto frente a la elección de nuestros gobernantes que escapa de la responsabilidad del ciudadano es la elección de los directores de los entes de control e investigación. La neutralidad y la elección por méritos deben ser el punto de partida para escoger a quienes garantizan una conducta ética de los funcionarios y velan por la correcta destinación de los dineros públicos.

 

A pesar de esto, la elección de estos importantes funcionarios termina convirtiéndose en una contienda política en la que gana, no el candidato más idóneo para desempeñarse en el cargo, sino aquel que tenga una mayor maquinaria política. Esto, sin duda, es un atentado a la democracia que seguramente desembocara en impunidad y corrupción.

El voto es la herramienta más útil que tiene un ciudadano para producir un cambio verdadero. Tristemente, la abstención en Colombia ha alcanzado cifras vergonzosas: más del 60% de la población se negó a salir a las urnas en el plebiscito. Es evidente que el estado colombiano no ofrece garantías para creer en una política transparente, pero prescindir del voto, lejos de ser una solución, solamente empeora el ya deprimente panorama político.

 

Buscando soluciones

Buscando Soluciones...

El tema de la corrupción, tratado desde una perspectiva política, nos permitir entender este fenómeno como el resultado de ciertas degradaciones políticas como el clientelismo, debilitamiento de las instituciones, la impunidad, la primacía del interés personal sobre el bien común y la penosa herencia de momentos históricos como el Frente Nacional que favorecieron la perpetuación de un pequeño círculo de personas que ha gobernado el país desde hace muchos años.

 

Son las razones que he mencionado anteriormente –sumadas a varias que probablemente no hayamos nombrado– las que nos han llevado al vergonzoso panorama político actual: una sociedad cansada de los desfalcos al erario, gobernantes con poca legitimidad frente al pueblo, instituciones deshonradas por los frecuentes escándalos y un generalizado escepticismo por la política que impiden el desarrollo en todos los ámbitos sociales.

 

Así pues, la decisión de los votantes en las elecciones presidenciales de 2018 va a estar condicionada en gran parte por la postura que tomen los candidatos frente al tema de la corrupción. La misma severidad y celeridad que hace pocos años pedíamos para enfrentar a los grupos armados es la que hoy requerimos para apresar a los políticos deshonestos que desangran al país.

 

La corrupción política, sin lugar a dudas, será tema de campaña para las próximas elecciones y aquel candidato que sepa manejar con astucia este asunto logrará cautivar a gran parte del electorado. A continuación, presentamos las propuestas de reconocidos personajes de la política nacional –muchos de ellos precandidatos presidenciales– para batallar en contra de la corrupción.

Haga click sobre cada personaje 

El muro de los presidenciales

     n este punto ya empieza a ser incuestionable la necesidad de una reforma política que termine con las facilidades que motivan y encubren los actos corruptos dentro del aparato estatal.

 

No obstante, esta reforma ya se ha intentado en ocasiones anteriores sin haber arrojado resultados positivos. Los intereses en el congreso y las trabas de las altas cortes han convertido la implementación de esta reforma en una tarea titánica y eso en un país donde los héroes escasean significa relegar al desván una modificación tan imprescindible.

 

A raíz de esta paradoja, se han comentado estrategias que modifican el proceso de aprobación de la reforma dentro de las cuales sobresalen las propuestas de una asamblea constituyente o de una consulta popular. Consultamos sobre estas propuestas al senador Antonio Navarro Wolf quien fue también presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 la cual dio origen a la Carta Magna aún vigente.

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Financiación en campañas políticas

La financiación de las campañas es una etapa riesgosa del proceso electoral que puede desembocar en actos de corrupción con gran facilidad. Quienes ayudan económicamente en la campaña de un candidato, sean personas jurídicas o naturales, suelen hacerlo con la intención de condicionar al político para que defienda los intereses de esa organización en instituciones como el congreso, las altas cortes, las alcaldías y gobernaciones aun cuando dichos intereses vayan en contra del bien común.

 

Frente a esta problemática, han emergido diferentes propuestas para controlar el financiamiento de las campañas como la del precandidato presidencial Iván Duque que defiende la idea de permitir aportes económicos únicamente de personas naturales. En el fondo la pregunta que sale a relucir en esta discusión es: ¿debería prohibirse el aporte de empresas privadas en las campañas políticas?

   in embargo, en el caso hipotético en que se restringiera el aporte de empresas privadas en las campañas electorales surgirían nuevos obstáculos para financiar las costosas aspiraciones políticas de los candidatos. Para el senador liberal y precandidato presidencial Juan Manuel Galán, más facilidades bancarias a la hora de otorgar préstamos a los partidos políticos sería una estrategia eficaz para garantizar mayor transparencia en el proceso electoral.

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¡Qué mal estado el del Estado!

Corrupción en la calle
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